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Estos filamentos metálicos consisten en esencia en una base de PLA combinada con una proporción variable de fibras metálicas. Son filamentos que contienen un porcentaje significativo de polvo metálico, y de hecho, se nota en el peso de la bobina, muy superior a lo normal. En definitiva se trata de bobinas de filamento que tienen suficiente plástico para ser impresos en 3D a baja temperatura (200 a 300 grados ) con casi cualquier impresora 3D, y al mismo tiempo, suficiente metal para que el resultado ofrezca el deseado aspecto metálico, hasta tal punto que las piezas impresas en 3D pueden llegar a oxidarse en según que condiciones, con lo que el realismo del efecto metálico será mayor.